› escribo desde mi cama
› escucho el ventilador - está brutal el calor
el asombro es - probablemente - la emoción más transformativa e importante. nunca estoy tan presente como cuando siento asombro y gratitud. mary oliver lo dijo muy bien: instrucciones para vivir una vida: poner atención, asombrarse, contarlo. ¿qué me maravilla? ¿qué me sorprende? ¿qué me causa admiración o sorpresa o extrañeza? ¿qué de lo que he presenciado, trasciende en mí? ¿qué desafía mi comprensión del mundo - aunque sea por un ratito?
el asombro es donde siembro mi curiosidad, y la curiosidad es el puente que me conecta conmigo misma y el mundo. es gracias a esta conexión que puedo encontrar la belleza en lo ordinario y permitir que mi mera existencia me conmueva. el asombro es un constante recordatorio de que estoy viva. sin él, me olvido de todo - incluyéndome a mí misma.quiero desear por desear. no quiero que mis deseos me habiten sólo si tengo la certeza de que se van a materializar un día. no quiero que la probabilidad de que se cumplan influya en dónde los acomodo o si los abandono. quiero desear lo que deseo porque eso significa que tengo la capacidad de ver más allá de mis circunstancias, de imaginar, de anhelar y querer lo que todavía no conozco. desear es mi capacidad de amar a distancia y con los ojos cerrados.
nunca me he sentido tan hueca como cuando no he deseo nada. como cuando he estado vacía de anhelos. desear me despierta de ese modo avión, de esa insensibilidad y anestesia. lo deseo porque aprendí a quererlo incluso antes de tenerlo.es difícil saber si un pájaro canta o llora. no quiero que suceda lo mismo conmigo.
mi mirada es de las pocas cosas que nadie me puede quitar. mi concepción del mundo, mi realidad. pueden ver lo mismo que yo pero nadie va a mirar lo mismo que yo - ese es mi superpoder. yo elijo dónde poso mi mirada. donde pongo mi atención, pongo mi energía.
puedo poner atención e identificar lo que me hace feliz. nombrarlo. convertirlo en un ritual. contar mi historia desde lo que es sagrado para mí.
hay un dolor viejo. lo reconozco. duerme tranquilo en mi pecho y, todavía, a veces, despierta. puedo dejar que se acomode, se desenrede y se mueva dentro de mí - hasta que caiga rendido otra vez. puedo sentarme en el piso de mi baño, abrazar mis piernas y llorar. puedo llorar ese llanto antiguo a solas. puedo llorarlo con mis amigas. puedo llorarlo mientras veo una película, escucho una canción, leo un libro. puedo llorarlo cuando una niña chiquita me sonría y me recuerde a cuando esta pena aún no echaba raíces dentro de mí. puedo llorar porque es la única forma que hay para arrullar al dolor y vuelva a quedarse dormido.
qué bonito es poder reír en medio del enojo y del duelo.
si no me divierte o si no lo puedo volver divertido, no lo quiero. la vida es el juego más serio de todos. entonces, la diversión es indispensable.
poco a poco, puedo transformar la manera en la que nombro mi paso por la vida: el lunes tengo que mandar este correo / el jueves tengo que ir al gimnasio / el miércoles no puedo comer chatarra / el sábado tengo que comer con mi abuela — todo eso se puede convertir en el lunes quiero sentirme productiva / el jueves quiero sentirme energizada / el miércoles quiero sentirme ligera / el sábado quiero amar y sentirme amada.
la brújula de mis días puede ser el sentir y el ser - en lugar del deber.lo único real es el presente y lo que es real no está en peligro.
tal vez esto se vuelve una serie de todos los domingos. tal vez no.
mientras tanto, éstas fueron diez cosas que (creo) saber.
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gracias por leerme y por estar. lxs leo en los comentarios :)
Increíble
“Desear por desear” amo ese pensamiento
Que importante es divertirse en lo cotidiano!! proporciona el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación, aunque sea un instante (como dice un tal Frankl). Un abrazo Emi